domingo, 4 de septiembre de 2011

Balineses 3: la clase de cocina

En mis dos primeros días en Sanur, pude hacer amistad con algunos locales, y con algunos de los empleados del centro de buceo. Una de ellas es Srie, que estuvo sustituyendo en la tienda a una compañera que se fue a Java a casarse. Srie habla un inglés excelente, pues estuvo casada con un holandés, instructor de buceo en Lombok, siendo ella buceadora también (aunque ahora trabaja en marketing). Ahora es viuda, me explicó que su marido murió en un accidente, aunque no buceando. Parece ser que en el centro de buceo tocó una batería eléctrica cuando aun estaba mojado al salir de la piscina. Aunque Srie es una persona muy alegre y su bonita sonrisa siempre llena su cara, el rostro se le cambia por unos segundos cada vez que su marido sale en la conversación.


Hablando con Srie le comenté mi intención de tomar clases de cocina balinesa, y que no me apetecía ir a un lugar donde enseñen a turistas y le paguen cuatro duros al indonesio de turno. Me apetece estar en contacto con los locales!! Aunque ella no me puede ayudar (según me cuenta, cocina de forma horrible... hasta el marido holandés cocinaba para ella, me dice entre risas) me dice que su hermana me puede ayudar con las clases.Así que el próximo día libre que tengo de buceo quedo con su hermana para cocinar, y Srie vendrá luego a comprobar los resultados. Primero vamos a comprar al mercado, aunque muchas de las especias ya las tiene, compramos pollo, coco y otras verduras, y luego vamos a su casa a cocinar.Las casas balinesas son realmente bonitas. Tienen unas ornamentaciones hechas en piedra negra volcánica muy particulares, además de tener casi todas un jardín donde cultivar bananos, importantísimo en las casas de Bali, como ya veremos. Además tienen 5 templos en el jardín de casa, cada uno de ellos para un motivo diferente, para la familia, para complacer a los dioses... Uno de ellos es para protección de la casa y de los que habitan en ella, y me dicen que realmente funciona. Mientras hagan sus ofrendas, dentro de la casa y el jardín están protegidos. Por ejemplo, si están teniendo suerte, o ganando mucho dinero, puede que algún vecino o incluso familiar esté envidioso; pueden ir a un hombre espiritual o mago para que haga algún conjuro de magia negra contra ellos. Pues bien, esta magia u otros posibles demonios, no pueden cruzar el muro de su casa.






Aquí se toman muy en serio el tema de la magia. El primo de 
Srie me comentó sobre un hombre espiritual al que fue a consultar unos problemas personales, ya que no podía tener hijos. La verdad, es que nos acabábamos de conocer y me contó la historia con una serie de detalles íntimos que escandalizarían a cualquier señora remilgada europea. Pues bien, este hombre santo le dijo exactamente cual era el problema, con detalles físicos muy específicos, que fueron confirmados por un doctor en Japón meses después. Aunque he intentado quedar con el primo de Srie para ir a ver este hombre (por curiosidad) ha estado muy ocupado, y como sólo habla en Balinés tradicional, no puedo ir con la mayoría de locales que trabajan en el centro de buceo.



De vuelta a la cocina balinesa, preparamos pollo cocinado con leche de coco envuelto en hojas de plátano al vapor, acompañado de arroz blanco. La verdad es que bastante laborioso, porque todo lo hacemos a mano. Por ejemplo la leche de coco, yo siempre la había visto en un bote en el súper. Aquí, compramos un coco joven, lo abrimos, rallamos la pulpa y sacamos la leche de coco. Aunque laborioso, el resultado es excelente. La leche de coco se mezcla con las especias, muuuuchas. Algunas de ellas no se encuentran en Europa, pero pude reconocer lemon grass, diferentes tipos de chile, cúrcuma, pimienta... todo ello majado en un cuenco de roca volcánica. Os podéis imaginar lo picante de la combinación que me quedaron las manos picando bastante... sin siquiera haber tocado la pasta de especias! Después de macerar el pollo un rato, se hace una  bolsita con la hoja de plátano, se rellena con un poco de pollo y se cierra con un palito de bambú. Cuando se acabaron las hojas de plátano, machete en mano al jardín, y a seguir cocinando. Al acabar la mañana, disfrutamos de una buena comida, Srie, otra chica de la oficina, su hermana y yo.






Antes de volver al trabajo, el primo de 
Srie se pasa para despedirse. Cuando ve la moto que acabo de alquilar y le comento el pánico que les tengo, y que es la primera vez que conduzco una moto.  "Para protegerte, tienes que hacer una ofrenda a los dioses y llevarla en la moto". De nuevo, la religión, la magia y la espiritualidad se mezclan en Bali con lo cotidiano. "Compra en el mercado una ofrenda, ponla en la moto detrás de la matrícula, ponle una galleta o un caramelo y rocíala con agua mientras la bendices". Aquí, cualquiera puede bendecir el agua. "luego, cómete la galleta o el caramelo". 



"Que me coma la galleta? Por qué?" le pregunto. "Porque sino, se te va a llenar la moto de hormigas", me contesta con una gran sonrisa y se despide. 



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