Es difícil decidir cuál ha sido el mejor lugar para bucear en Bali, pero aún así creo que hay un lugar especial para mí. Nusa Penida es una isla pequeña que se encuentra enfrente de Sanur y es donde más he disfrutado buceando.
La salida a Nusa Penida se hace desde la playa de Sanur. La playa de Sanur está bordeada por un arrecife de coral que rompe las olas a unos 200 metros de la costa, dando la impresión constante de tener una ola gigante o tsunami acercándose a la costa.
El trayecto hasta Nusa Penida dura una hora y en una ocasión pude ver delfines durante el camino. La isla está cortada en impresionantes acantilados donde rompen las olas.
Indonesia está a medio camino del Pacífico y del Índico, con lo que los cambios de las mareas de estos océanos hacen que las corrientes entre las islas puedan ser fuertes. Eso significa buceo precavido, aguas frías y muchos nutrientes que atraen a grandes pelágicos.
Mi primera experiencia como guía la realicé aquí. No estaba muy seguro de saber llegar a los lugares de interés y, más aún, de saber volver al barco! En cualquier caso, nos lanzamos al agua después de ponernos dos neoprenos (por el frío). Camino del primer punto de interés encontramos algunas rayas, un gamba mantis y un pez león. Pero lo mejor estaba por llegar.
En un momento dado nos pasaron por encima cuatro mantas; tan cerca, que dando un par de patadas con las aletas y estirando el brazo las habría podido tocar. La más grande, negra, dirigía al grupo y tendría entre tres y cuatro metros de envergadura. Cruzaron por encima nuestra a apenas una par de metros de distancia camino de la "estación de limpieza". Aquí hay un par de lugares donde los pececillos desparasitan a las mantas y es habitual que siempre hayan mantas aquí. Las mantas son animales extraordinariamente bellos, no nadan sino que vuelan en el agua agitando sus extremidades como si fueran alas... realmente parecen los ángeles del mar, gráciles y dóciles. Perdimos de vista a las mantas rápido, pues en su flotar pueden ir mucho más rápido que cualquier buceador. Pasados cinco minutos volvimos a ver el grupo, en esta ocasión se dirigían por un lateral directamente hacia nosotros. Como yo estaba guiando la inmersión, iba el primero del grupo y decidí (evidentemente) que no nos íbamos a apartar. Las otras mantas se desviaron, pero la más grande de ellas, la negra, siguió su curso; directamente hacia nosotros. Yo parado al frente del grupo, la manta acercándose. En un punto estaba tan cerca que llegamos a mirarnos a los ojos el uno al otro y finalmente dio un giro en vertical (una especie de tirabuzón) para alejarse de nosotros camino de quién sabe donde, en el profundo azul.
He visto muchas cosas en el mar, pero hasta ahora esta ha sido sin duda la mejor experiencia bajo el agua. En unos días marcho hacia Komodo, que tiene fama de ser un gran lugar de buceo, quien sabe si volveré a ver ángeles... ojalá!
Actualización: ya de vuelta de Komodo... es fabuloso, y volvimos a ver ángeles!!! El video corresponde a Komodo
La salida a Nusa Penida se hace desde la playa de Sanur. La playa de Sanur está bordeada por un arrecife de coral que rompe las olas a unos 200 metros de la costa, dando la impresión constante de tener una ola gigante o tsunami acercándose a la costa.
El trayecto hasta Nusa Penida dura una hora y en una ocasión pude ver delfines durante el camino. La isla está cortada en impresionantes acantilados donde rompen las olas.
Indonesia está a medio camino del Pacífico y del Índico, con lo que los cambios de las mareas de estos océanos hacen que las corrientes entre las islas puedan ser fuertes. Eso significa buceo precavido, aguas frías y muchos nutrientes que atraen a grandes pelágicos.
Mi primera experiencia como guía la realicé aquí. No estaba muy seguro de saber llegar a los lugares de interés y, más aún, de saber volver al barco! En cualquier caso, nos lanzamos al agua después de ponernos dos neoprenos (por el frío). Camino del primer punto de interés encontramos algunas rayas, un gamba mantis y un pez león. Pero lo mejor estaba por llegar.
En un momento dado nos pasaron por encima cuatro mantas; tan cerca, que dando un par de patadas con las aletas y estirando el brazo las habría podido tocar. La más grande, negra, dirigía al grupo y tendría entre tres y cuatro metros de envergadura. Cruzaron por encima nuestra a apenas una par de metros de distancia camino de la "estación de limpieza". Aquí hay un par de lugares donde los pececillos desparasitan a las mantas y es habitual que siempre hayan mantas aquí. Las mantas son animales extraordinariamente bellos, no nadan sino que vuelan en el agua agitando sus extremidades como si fueran alas... realmente parecen los ángeles del mar, gráciles y dóciles. Perdimos de vista a las mantas rápido, pues en su flotar pueden ir mucho más rápido que cualquier buceador. Pasados cinco minutos volvimos a ver el grupo, en esta ocasión se dirigían por un lateral directamente hacia nosotros. Como yo estaba guiando la inmersión, iba el primero del grupo y decidí (evidentemente) que no nos íbamos a apartar. Las otras mantas se desviaron, pero la más grande de ellas, la negra, siguió su curso; directamente hacia nosotros. Yo parado al frente del grupo, la manta acercándose. En un punto estaba tan cerca que llegamos a mirarnos a los ojos el uno al otro y finalmente dio un giro en vertical (una especie de tirabuzón) para alejarse de nosotros camino de quién sabe donde, en el profundo azul.
He visto muchas cosas en el mar, pero hasta ahora esta ha sido sin duda la mejor experiencia bajo el agua. En unos días marcho hacia Komodo, que tiene fama de ser un gran lugar de buceo, quien sabe si volveré a ver ángeles... ojalá!
Actualización: ya de vuelta de Komodo... es fabuloso, y volvimos a ver ángeles!!! El video corresponde a Komodo
No hay comentarios:
Publicar un comentario